martes, 18 de octubre de 2016

Más allá de la pizarra





Esta es la historia de Stacey Bess que cuando era niña siempre soñó con ser maestra.  
Se dispone a obtener un puesto de maestra por primera vez después de graduarse de la universidad. Como el curso escolar ya había comenzado, sus opciones de trabajo eran escasas, sin embargo  acepta un trabajo en "una escuela sin nombre", donde enseñará a niños sin hogar de primero a sexto grado en el mismo salón.
Uno de  los retos a los que se enfrenta es enseñar a estudiantes de varios grados al mismo tiempo,
y se comienza a ver un gran cambio en sus estudiantes los cuales comienzan a florecer.
Stacey está emocionada por la oportunidad y con seriedad y profesionalismo se prepara para su primer día, sin embargo, su sueño se transforma en una pesadilla cuando Stacey llega al refugio. Se encuentra con que el "aula" es un salón sucio, con unos cuantos libros  viejos, un escritorio, varias butacas de distintos tamaños y en medio del salón la guarida de una rata. Cuando ella se da cuenta que se está convirtiendo en la maestra que no le gustaría ser, su actitud cambia ante la situación y los estudiantes, decide cambiar el salón sucio por un salón más agradable y más tarde contagiará su entusiasmo
Quiero comenzar mi reflexión con esta frase que me llamó mucho la atención “Todo es muy difícil antes de ser sencillo. Thomas Fuller”, lo que quiero decir con esto es que nuestra profesión es muy difícil y que nos tomará tiempo para que se vuelva fácil. Debemos insistir ante cualquier tropiezo que se nos pueda presentar en el camino, tener iniciativa para seguir adelante en los momentos de desesperación, poner mayor esfuerzo para preparar a nuestros alumnos de mejor manera, que sean capaces de desenvolverse de manera eficaz y significativa. Realmente es motivador ver este tipo de películas porque la realidad no está tan alejada, ver como hay maestros que cuentan realmente con la vocación de enseñar y están dispuesto a ir más allá de su responsabilidad lo cual marca la diferencia.
Estos son los maestros que se necesitan, que cobijen a sus alumnos, que los hagan soñar, creer, motivar a que siempre sean mejores.
Estamos tan enfrascados que nos olvidamos de esa razón y nos unimos al sistema educativo. Considero que es momento de empezar a crear cambios y los cambios se verán si podemos dejar alguna influencia en nuestros alumnos, que vean a la escuela como un lugar donde se quiere ir y no donde se le obliga a ir y del mismo modo que ellos sientan que tienen nuestra estima y que no solo nos dediquemos a tacharle o corregirle sus errores sino que también los estamos ayudando a ser mejores personas.