martes, 23 de febrero de 2016


La Teoría Conductista en la labor educativa.
El conductismo ha estado presente a lo largo de nuestras vidas debido a que hemos  enfrentado situaciones donde nuestra conducta se ha visto limitada o controlada, por diferentes factores muchos de ellos inconscientes o conscientes.
Los elementos que caracterizan a todas las corrientes psicológicas conductistas son:
  •        El objeto de estudio es la conducta, que dependerá de la situación, la respuesta y del organismo.


  •      El método es absolutamente empírico, en ningún caso será subjetivo.

  •      Su fin es la predicción y modificación de la conducta.

Entre los distintos autores, fue Skinner el que hizo un gran aporte al proceso de enseñanza-aprendizaje a través de un nuevo comportamiento que denominó condicionamiento operante. En este ponen al sujeto en una situación en la que alguna de sus conductas provoca la aparición de un refuerzo (positivo o negativo), como consecuencia se producirá en el sujeto una modificación en la emisión de la conducta. Aplicado en la educación el condicionamiento operante permite al alumno ser partícipe y no solo un receptor de conocimientos.
El experimento de Skinner consiste en la presencia de un manipulador (una palanca) que el animal debe manipular para obtener un reforzador satisfactorio (comida). Así cada vez que el animal presionaba la palanca obtenía comida, por lo que aprendió la relación entre presionar la palanca y obtener comida.
Lo cual resulta muy diferente al condicionamiento clásico propuesto por Pavlov, el cual consiste en la asociación de un estímulo incondicionado con un estímulo neutro el que permite que el sujeto responda al estímulo neutro con la respuesta que emitía ante el estímulo incondicionado. Esto lo comprobó con el experimento que realizo con canes. El cual hacía sonar una campana antes de alimentarlos, así, los condicionó a relacionar dicho sonido con la acción de comer.
Otro autor relacionado es Thorndike, él hace refere
ncia que el aprendizaje se componía de una serie de conexiones entre un estímulo y una respuesta, que se fortalecían cada vez que generaban un estado de cosas satisfactorio para el organismo.
En un pasado y un poco en la actualidad se ha visto que el método más empleado en el proceso enseñanza-aprendizaje dentro de la escuela tradicional ha sido el condicionamiento clásico, debido a  que sólo se trata de adquirir conocimientos memorísticos que supongan niveles primarios de comprensión. Sin embargo, dicha repetición no garantiza que se vaya a asimilar la nueva conducta.
Así mismo se condiciona al alumno para que a través de premios y castigos muestre buenos comportamientos. Un claro ejemplo que podemos citar de condicionamiento operante, es cuando el profesor está dentro del salón de clases,  los alumnos deben permanecer callados y en su lugar, cuando sale el profesor, los alumnos hacen ruido y no se encuentran en su lugar, pero cuando oyen que se acerca alguien retoman la actitud con la que deberían permanecer, de otra forma se les castiga.
Otro caso de condicionamiento operante son los estímulos (la estrellita en la frente, los puntos extras, el dulce) que provocan una motivación para seguir con la conducta que se realizó, de igual modo vemos muy marcado este tipo de condicionamiento en el contexto familiar, ya que los niños piensan que ante un comportamiento bueno deben recibir un premio, pero en este tipo de condicionamiento se requiere de un especial cuidado porque se puede volver una manipulación de hijos a padres.
Considero relevante la ley del efecto Thorndike dentro del contexto escolar ya sea tradicional o activo, cuando a un niño se le reconoce que es bueno en dicha materia, el niño seguirá con su comportamiento para que sea reconocido del mismo modo, pero si al niño se le hace saber un error que ha cometido va dejar de lado esa actitud para que lo sigan reconociendo.
En lo personal yo pienso que el condicionamiento clásico y operante y el conexionismo, son herramientas que debemos aprender a usar adecuadamente dentro del salón,  entre los dos tipos de condicionamientos podríamos generar un equilibrio, porque uno se hace de una manera consiente y el otro de manera inconsciente, esto provocara que el niño se haga una retroalimentación o sus propias analogías  de cómo ha sido su comportamiento, lo que generara en ellos el comportamiento que deseamos como docentes y no solo eso sino ya habremos generado en nuestros alumnos un pensamiento crítico-reflexivo

jueves, 4 de febrero de 2016



Reporte
La conferencia a la que asistimos el pasado viernes 29 de Enero, en el Teatro del Complejo Cultural Universitario (CCU), se tituló  "Educar con el corazón para develar la esencia del niño". Impartida por Rosa Barocio experta en educación infantil, quien ha desarrollado una larga carrera con más de treinta años de experiencia, tanto en el trato con los niños como en la formación de profesionales.
Esta conferencia me pareció bastante interesante y hubo muchas cosas rescatables, como por ejemplo;
Al principio de la conferencia decía que como docentes lo que tenemos que buscar es “un crecimiento en conciencia”, que nos permita desarrollarnos y crecer con los niños, con lo cual estoy muy de acuerdo, porque como seres humanos tenemos que buscar la integridad de todas nuestras áreas, teniendo esto bien trabajado nos permitirá desarrollarnos frente a un grupo de una manera adecuada, disfrutando del trabajo que realizamos.
Mencionaba que para educar se necesitan ciertos elementos que nos permitan marcar la diferencia y no ofrecer siempre lo mismo dentro del aula. Algunos de ellos son los siguientes:
Educar con equilibrio: desarrollar el pensamiento en el niño y en nosotros, con esto quiere decir darle un rumbo o dirección y esto lo se logrará con la reflexión.
Educar con enfoque: buscar un equilibrio, que nos permita seguir nuestras metas e ideas.
Una parte fundamental es buscar momentos de reflexión que nos ayuden a clarificar nuestras metas e ideales, saber que por donde nos estamos dirigiendo es el camino correcto. Porque como guías debemos contar con la entrega, el compromiso y todo esto debe provenir del corazón es decir como nuestra misión de vida.
La entrega que tengamos con nuestros alumnos tiene que servir para alimentar amorosamente al niño a través de la empatía, del entusiasmo, de la esperanza, todo esto por los contextos actuales que estamos viviendo.
Con lo anterior la experta se refiere a ser empáticos con los pequeños, es decir ponernos en su lugar, pero sin perder nuestro lugar (ser objetivos). Por otro lado sugiere que evitemos ser totalmente simpáticos (porque nos perdemos junto con los niños porque dejamos de ser objetivos) o apáticos (porque nos mostramos como personas frías, ajenas a las necesidades e intereses de los niños).
Finalmente, me gustó el objetivo de la conferencia que fue reflexionar en nuestro quehacer diario para lograr grandes cambios en los niños, siendo el primer reto: realizar un cambio en conciencia en nosotros mismos.