Fue grato ya que
era la primera vez que iba a tener contacto con este tipo de modelo educativo.
Algunas actividades
me parecieron increíbles y otras me pregunté para qué serviría que los niños
las realizaran.
Me encantó el
hecho de ver a los niños tan ordenados, concentrados en lo que hacían. Este
método Montessori logra desarrollar esas actitudes en los niños a través de una
educación integradora-colaborativa y una buena relación entre familia-escuela.
Mi primera
observación la realicé en Casa de Niños lo que sería el equivalente a Preescolar.
Un caso que me llamó la atención fue la llegada de un niño nuevo y como todo
niño nuevo lloraba, pero no lloró mucho porque la guía lo abrazó y luego lo
llevó a secarse las lágrimas, le dijo unas cuantas palabras y lo orientó hacia
un material que con su ayuda iba a ordenar. Después de unos diez minutos
aproximadamente el niño ya era uno más. Lo que me hizo pensar entre otras
preguntas ¿cómo fue ese proceso?, ¿por qué no necesitó más tiempo?
Quedé muy
sorprendida porque los niños parecían pequeños adultos con una propiedad al
hacer las cosas, con un orden, sabían que no era el momento de jugar. Del mismo
modo me pasó en Taller I, como es que los niños estaban tan quietos y
concentrados en lo que hacían. Podría decir que parecían robots pero no solo
esos robots que se encargan de ejecutar órdenes, sino que ellos son los que se
orientan hacia donde quieren ir.
Es aquí cuando
hago una comparación con nuestro sistema, porque aunque son más las escuelas
que cuentan con un sistema tradicional a comparación de este método, porque no
hay una mayor libertad hacia los pequeños para que ellos mismos aprendan en
base a sus intereses.
Estamos tan
acostumbrados a que todo sea fácil y que somos incapaces de ser personas auto
disciplinadas para realizar cualquier trabajo.
Me falta conocer
más sobre el método Montessori pero con lo poco que pude observar me encantó.
Estoy
motivada a buscar una especialización o capacitación para aprender más del
método Montessori